Hay que pasar de forma satisfactoria, por las ocho etapas o aspectos básicos en cualquier relación amorosa:
Atracción física. Nos tiene que gustar, además de su apariencia física, cómo piensa, cómo conversa, cómo actúa y cómo trata a los demás. En esta primera etapa se abre la puerta de la relación.
Compatibilidad.“Desde el principio debemos ver, por ejemplo, si nos gusta la misma música, ropa, comida, arte, muebles y demás componentes de la vida diaria”. Los conflictos se previenen cuanta más compatibilidad se tiene en todas las áreas de la vida. Es el segundo aspecto de una relación y es lo que nos lleva a decidir si seguimos adelante con ella o, por el contrario, huimos como alma que lleva el diablo.
Compenetración recreativa. Tener los mismos gustos en las actividades a realizar en el tiempo de ocio (como ir al cine, practicar deporte o ir de compras) y disfrutar o practicar los mismos deportes, según la experta, ayuda a solidificar la relación. Pero sin agobiarse ya que cada miembro de la pareja debe tener su propio espacio de actividades, “esto ayuda a mantener la identidad de cada persona y a descansar mutuamente el uno en el otro”.
Compenetración intelectual.Este aspecto se percibe a través de las opiniones, creencias, valores y puntos de vista y forma con los que la persona con quien estamos saliendo ve la vida.
Compenetración espiritual. Cuando se alcanza este nivel, se puede asegurar que la relación será eterna. De forma natural, el uno entra a formar parte de una identidad común: nosotros. De acuerdo con la escritora, la mayoría de las parejas fracasan porque nunca alcanzan esta etapa.
Compenetración emocional.Esto es algo difícil de lograr, porque “son pocas las personas que llegan a aceptar a su pareja tal como es: una persona con defectos y cualidades”.
Compenetración sexual.La mayoría de las parejas pasan directamente de la primera, segunda o tercera etapa a la intimidad sexual. “Es común porque muchos hombres y mujeres no saben cómo entablar una relación amorosa sin que haya sexo por esto, muchas de las relaciones no duran”.
Amor incondicional. Se alcanza cuando nuestros sentimientos no cambian con las circunstancias o defectos de nuestro compañero. Pero “ninguno de los integrantes de la pareja debe de sufrir ni anular su identidad. Si este caso se presenta, la relación no es sana”.
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