Durante estos primeros meses, la mayoría de las embarazadas, aunque puede haber excepciones, pasan por un período de inapetencia sexual que viene determinado por los cambios que se están produciendo en su organismo. Por lo general la futura mamá está cansada, tiene mucho sueño, le duele o le molesta el pecho que aumenta con rapidez de tamaño preparándose para la lactancia.
En algunos casos, no en todos por supuesto, la mujer durante el embarazo sufre molestias en la pelvis, náuseas, vómitos y además anímicamente está muy sensible. Tiene frecuentes cambios de humor e incluso puede pasar de la alegría a las lágrimas por cualquier cosa. Y encima de todo no termina de creer que está embarazada y tiene miedo que en cualquier momento le venga la menstruación. No se siente mal, pero tampoco está bien y es por eso que la sexualidad pasa a un segundo plano. Pero aunque no desee tener relaciones sexuales, sí necesita y mucho las caricias y la ternura de su pareja. Porque a través de ellas recibe un mensaje fundamental: “Te quiero y estoy a tu lado”.
Es sumamente necesario que exista el diálogo en este período, que la mujer sea capaz de verbalizar lo que siente, por ejemplo “necesito que me demuestres tu amor y tu ternura sin que exista necesariamente relaciones coitales”, Pero si no existe el diálogo, el hombre evita tocar a su mujer para que no piense que la solicita sexualmente y le deja toda la iniciativa a ella, es muy posible que se sienta abandonada y poco querida.
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