Existen estudios que demuestran que los niños con Trastorno por Déficit de Atención con o sin Hiperactividad se valoran a sí mismos más negativamente, con más problemas, más impopulares y menos felices que los niños de su edad. Los niños con TDAH presenta problemas emocionales, como sentimientos depresivos, de des-confianza, inseguridad o baja autoestima. Esto puede darse por diferentes motivos:
• Los niños con TDAH son más difíciles de educar, de ahí que reciba con mayor frecuencia una información negativa sobre su comportamiento y sus tareas. Muy a menudo se les dice «no chilles», «compórtate», «la hoja está sucia» o «vuélvelo a hacer».
• A menudo se les confunde con niños maleducados, gandules, vagos, pasotas o tontos.
• Estos niños crecen sometidos a un mayor número de fracasos y errores. Se esfuerzan por hacer bien las cosas, por gustar a los de su entorno, pero los resultados no siempre son satisfactorios y cometen más errores que los otros, aunque se hayan esforzado más.
• A raíz de este esfuerzo sin éxito, se sienten indefensos «no sé qué hacer, haga lo que haga, fracaso».
• A menudo se encuentran tareas que exigen una atención o autocontrol al que no están capacitados para afrontar, aumentando así su sensación de frustración o fracaso.
• Después de fracasar en algunas tareas, los adultos van dejando de ofrecer responsabilidades por miedo a que no cumplan. El niño lo vive como un mensaje negativo «no te lo dejo hacer ya que no serás capaz», lo que hace que no se sienta competente ni seguro de él mismo.
• Si no se trata adecuadamente, el niño con TDAH no sólo continuará teniendo dificultades para atender y controlar sus impulsos, sino que llegará a rechazarse a sí mismo, en la escuela, con los compañeros o amigos e incluso en la familia, mostrándose desmotivado para superar sus dificultades.
miércoles, 21 de enero de 2009
Fuente: www.edicionesmayo.es
Etiquetas: Niños
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Deja tu comentario!!!