martes, 10 de marzo de 2009




Desgraciadamente, la violencia en las relaciones de pareja, tanto dentro del noviazgo, como dentro del matrimonio, es más frecuente de lo que pensamos.


Y hablamos de violencia en la pareja, no sólo cuando existe una agresión física, sino también cuando ésta, es psicológica, o verbal, lo cual puede llegar a ser, igual o más traumático para quien la sufre, como la primera.



Otro tipo de violencia, es la sexual, que va desde simples manoseos, hasta el acceso carnal sin consentimiento, o practicado con violencia y contra la voluntad de uno de los integrantes de la pareja. Dentro de esta, también se considera las agresiones verbales con alta carga sexual.

Lo peor del caso, es que muchas veces, estas situaciones, se viven como algo natural, y en otras, se callan, por miedo o vergüenza.

Hecho que impide buscar ayuda, para encontrar una salida a esta problemática, que en varias oportunidades, suele terminar de la peor manera.

La violencia dentro de la pareja, muchas veces, se da como consecuencia de haber vivido o padecido violencia doméstica en el núcleo familiar, una forma de repetir la misma historia, que esta persona ha vivido en el seno de su familia.

No es propiedad exclusivamente de los hombres, ya que muchas mujeres también ejercen violencia contra su novio o esposo, algunas de manera física, aunque por parte de las mujeres, es más común que se recurra a la violencia del tipo verbal o mediante otras actitudes como por ejemplo “el chantaje” o la manipulación, recurso que muchas utilizan cuando ven amenazada su relación de pareja.

Los celos, tanto de uno como del otro lado, también constituyen uno de los motivos frecuentes que pueden llevar a situaciones de violencia.

Hay situaciones, como las que enumeraré debajo, que pueden llegar a alertarte acerca de algún signo de violencia que puedas estar viviendo en tu pareja, ellos son:
  • Te dice con frecuencia que te dejará si no cambia.
  • Amenaza con quitarse la vida si lo/a dejas.
  • Manifiestas celos de tus amigos, compañeros de trabajo o familiares.
  • Te presiona para que cambies algo de tu aspecto físico.
  • Revisa tus pertenencias, correos, agenda, etc.
  • Te ha obligado a mantener relaciones sexuales.
  • Ha ejercido algún tipo de violencia física, mediante, empujones, sacudidas, gritos, rasguños, etc.
  • Alguna vez se ha enojado tanto que te ha hecho sentir temor.

Es muy importante, reconocer los signos de violencia en la relación de pareja, para poder buscar ayuda a tiempo, y que ésta, no se transforme en la única manera de relacionarnos con la persona con la cual convivimos, dado que las situaciones de violencia doméstica, además de provocar trastornos físicos, emocionales, deteriorando nuestras relaciones, también pueden conducir a situaciones irremediables.

Si alguna vez has vivido algunas de las situaciones descriptas anteriormente, es necesario que estés alerta. En estos casos, es mejor prevenir que curar.

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